El superpoder de una bacteria

Deinococcus radiodurans, apodada la ‘bacteria Conan’, tolera dosis de radiación miles de veces superiores a las que matarían a un ser humano, y a cualquier otro organismo. Ahora, su estudio ha inspirado a un equipo de científicos para desarrollar un potente antioxidante.

El secreto de su increíble resistencia es la presencia de un conjunto de metabolitos simples que, combinados con el manganeso, forman un potente antioxidante que un equipo de químicos de la Northwestern University y la Uniformed Services University ha descubierto cómo funciona.

Este descubrimiento podría dar lugar a nuevos antioxidantes sintéticos específicamente adaptados a la protección de los astronautas frente a la intensa radiación cósmica, la preparación para emergencias radiológicas o la producción de vacunas inactivadas por radiación, entre otras aplicaciones.

Redacción (Agencias).