Este lunes 9 de diciembre, Paul McCartney, a sus 82 años, ofreció el primero de sus dos conciertos en Madrid, marcando su regreso a la ciudad desde 2016. El recital, que tuvo lugar en el WiZink Center, forma parte de su gira «Got Back» y es uno de los pocos eventos que ofrecerá en España. Con un precio medio de 130 euros, las entradas para el evento, que recibió a 17.000 personas, se agotaron meses antes. Además, hubo boletos exclusivos de 900 euros que incluían acceso a la prueba de sonido y un asiento VIP.
El concierto, aunque no estuvo exento de imperfecciones, fue un éxito rotundo, con el público cantando junto a McCartney durante todo el show. Momentos destacados fueron la secuencia de cuatro canciones previas al bis, que crearon una atmósfera única, especialmente con «Get Back», donde el ambiente se transformó al compás de la tensa energía de la canción, con los asistentes coreando el estribillo.
Hubo también potentes momentos de rock, con un clímax espectacular durante «Live and Let Die», que estuvo acompañada por un despliegue impresionante de pirotecnia, llamaradas y rayos láser. Durante el bis, McCartney apareció con una bandera de España, un detalle que suele incluir en cada país que visita, junto a banderas del Reino Unido y del colectivo LGTBIQ+.
A pesar de su edad, la voz de McCartney se mantuvo sólida, aunque no siempre alcanzó las exigencias de algunas canciones más complejas. El final del concierto fue una evolución de intensidad, culminando con las tres canciones de Abbey Road. Este concierto en Madrid forma parte de lo que podría ser el último tour de una carrera que ha durado más de seis décadas, un evento que sus seguidores no olvidarán.
Redacción (Agencias).