Las mariposas monarca han sorprendido este año con un fenómeno digno de estudio: una migración más numerosa de lo esperado, pese a las preocupaciones sobre el cambio climático y la pérdida de hábitat. Según un informe de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México (CONANP), más de 150 millones de mariposas están llegando a los bosques de oyamel en Michoacán y el Estado de México, un 25% más que el año anterior.
Un viaje de más de 4.000 kilómetros
Estas mariposas, conocidas científicamente como Danaus plexippus, realizan una de las migraciones más largas del reino animal, recorriendo más de 4.000 kilómetros desde el sur de Canadá y Estados Unidos hasta México. El trayecto, que puede durar hasta dos meses, implica riesgos significativos, como la pérdida de hábitats por la deforestación y la disminución de las plantas de algodoncillo, esenciales para su reproducción.
El papel del cambio climático
Aunque el aumento en la población migratoria es una buena noticia, los expertos advierten que este fenómeno podría ser un caso aislado. Karen Oberhauser, investigadora de la Universidad de Wisconsin y experta en mariposas monarca, explica que «los inviernos más cálidos en el norte y la disponibilidad de algodoncillo podrían haber favorecido temporalmente a la población. Sin embargo, los patrones erráticos del clima, como las tormentas inusuales, siguen siendo una amenaza latente».
Importancia ecológica y cultural
Además de su asombrosa travesía, las monarcas tienen un profundo significado cultural en México, donde su llegada coincide con el Día de Muertos. Según la tradición indígena, las mariposas simbolizan las almas de los difuntos que regresan al mundo terrenal. En el aspecto ecológico, su presencia indica la salud de los ecosistemas, pues son polinizadores cruciales para diversas plantas.
Iniciativas para su conservación
Diversas organizaciones están trabajando para proteger a esta especie emblemática. En México, se han reforzado los programas de vigilancia contra la tala ilegal en las reservas de la biosfera, mientras que en Estados Unidos se promueven campañas para plantar algodoncillo en áreas urbanas y rurales. A nivel internacional, grupos como la Alianza Tri-Nacional para la Conservación de la Mariposa Monarca impulsan estrategias conjuntas para asegurar la supervivencia de estas mariposas.
Un llamado a la acción
Los científicos coinciden en que, si bien los números son alentadores, no deben tomarse como un indicativo de que la especie está fuera de peligro. «Cada uno de nosotros puede contribuir: desde plantar algodoncillo en jardines hasta apoyar políticas de conservación», señala Mariana Treviño Wright, directora del Centro Nacional de Investigación de la Mariposa Monarca en Texas.
La migración de las mariposas monarca no solo es un espectáculo natural impresionante, sino un recordatorio de la delicada interconexión entre las especies y los ecosistemas. Su resurgimiento este año da motivos para la esperanza, pero también subraya la importancia de redoblar esfuerzos para preservar este tesoro de la biodiversidad global.
Redacción
Fotografía · BBVA