Un reciente estudio ha revelado que la danza puede tener efectos sorprendentes en la mejora del estado de ánimo de los pacientes con enfermedad de Parkinson, ayudando a aliviar no solo los síntomas motores, sino también la depresión asociada a esta enfermedad neurodegenerativa.
Según la investigación publicada en el Journal of Medical Internet Research, los pacientes que participaron en clases de baile durante ocho meses mostraron una disminución significativa de los síntomas de depresión. Además, los escáneres cerebrales realizados a los participantes mostraron cambios positivos en las áreas del cerebro relacionadas con el estado de ánimo, especialmente en la circunvolución cingulada subcallosa (SCG), una región vinculada con la depresión.
Un estudio prometedor
El estudio involucró a 23 personas con enfermedad de Parkinson, quienes tomaron clases de baile semanales a través del programa Sharing Dance Parkinson’s de la Escuela Nacional de Ballet de Canadá. Durante las sesiones, los participantes fueron guiados en movimientos que iban desde simples ejercicios de piernas y pies hasta complejos bailes coreografiados, como valses e interpretaciones más avanzadas.
El investigador principal, Joseph DeSouza, profesor asociado de neurociencia en la Universidad de York en Toronto, destacó que “fue fascinante observar cómo la danza impactó los circuitos cerebrales vinculados al estado de ánimo, un efecto visible incluso en las resonancias magnéticas”. Estos cambios cerebrales se reflejaron también en los informes de los participantes, quienes informaron mejoras significativas en su bienestar emocional después de las clases de baile.
Un enfoque más allá de los síntomas motores
El Parkinson es conocido por sus efectos en el movimiento, provocando espasmos, rigidez muscular y lentitud en los movimientos. Sin embargo, alrededor de la mitad de los pacientes con esta enfermedad también sufren de depresión y ansiedad, lo que agrava su calidad de vida. La profesora Karolina Bearss, investigadora principal del estudio, señaló que “las personas con enfermedad de Parkinson no solo enfrentan dificultades motoras, sino que muchos también experimentan severos problemas de bienestar mental y social, como la depresión”.
El estudio revela que la danza puede ser una herramienta eficaz para abordar estos síntomas emocionales, proporcionando una mejora integral para quienes viven con Parkinson. Las tasas de depresión disminuyeron después de cada clase de baile, y el efecto fue acumulativo, mejorando aún más a lo largo de los ocho meses de intervención.
La danza como un motor de bienestar
Los investigadores sugieren que la combinación de música y movimiento puede tener un doble efecto terapéutico: mientras la música activa las áreas cerebrales relacionadas con las recompensas, el movimiento estimula los circuitos sensoriales y motores. Esto podría explicar por qué los pacientes experimentaron mejoras tanto en su estado de ánimo como en sus habilidades motoras.
Sin embargo, los científicos son claros en cuanto a los límites de este enfoque. DeSouza destacó que la danza no es una cura para el Parkinson, sino una herramienta para mejorar la calidad de vida de los pacientes. “No estamos tratando de curar el Parkinson con la danza”, puntualizó. “Lo que buscamos es que los pacientes puedan disfrutar de una vida mejor, y esto también beneficia a las familias de los afectados”.
Un cambio en el tratamiento del Parkinson
Este estudio marca un avance importante en la comprensión de cómo las terapias no convencionales pueden complementar los tratamientos tradicionales del Parkinson. Con resultados positivos tanto en el bienestar emocional como en los cambios cerebrales observados, la danza podría ser una alternativa valiosa para quienes viven con la enfermedad, proporcionando una vía para mejorar su salud mental y emocional, además de fortalecer su vínculo social.
Así, la danza no solo se presenta como una forma de expresión artística, sino como una poderosa herramienta para enfrentar los desafíos mentales y emocionales que acompañan a enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.
Redacción agencias