La naturaleza a veces es más efectiva que la política

En la República Checa, un proyecto de revitalización de un humedal en los Montes Brdy se veía demorado debido a la burocracia, lo que habría supuesto un costo de 1,2 millones de euros. Sin embargo, dos familias de castores decidieron intervenir por su cuenta y construyeron una serie de diques que lograron el mismo efecto de protección del ecosistema. Según Bohumil Fiser, director de la Agencia de Protección de la Naturaleza, los castores actuaron con rapidez y ahorraron una considerable suma de dinero a las arcas públicas.

La intervención de los castores ocurrió en un área cercana al nacimiento del río Klabava, en un antiguo estanque artificial de 118 hectáreas. El objetivo era evitar la erosión del suelo durante las riadas, lo que podría haber puesto en riesgo a los visitantes de la zona. Los diques construidos por los castores retienen el agua y regulan el flujo durante las lluvias intensas, ayudando a prevenir inundaciones y estabilizando el ecosistema local, un beneficio adicional en el contexto del cambio climático.

Además de su papel como «ingenieros naturales», los castores contribuyen a la creación de hábitats ideales para diversas especies, como los anfibios y el cangrejo de río, cuyo bienestar llevó a la designación de la zona como un área protegida. No obstante, Fiser advierte que el aprovechamiento de estos animales en otros proyectos no puede ser planificado, ya que su actividad no siempre se ajusta a las necesidades humanas, lo que ha generado, en algunos casos, conflictos relacionados con la tala de árboles o la destrucción de cultivos.

Redacción (Agencias).