Estar ante una pantalla de teléfono móvil o cualquier dispositivo electrónico en la cama por la noche incrementa un 59% del riesgo de insomnio y reduce el tiempo de sueño en 24 minutos.
Esa es la principal conclusión de una encuesta realizada a más de 45.000 jóvenes adultos de Noruega y cuyos resultados aparecen publicados en la revista ‘Frontiers in Psychiatry’.
No obstante, el estudio no demuestra que las redes sociales sean más disruptivas que otras actividades frente a una pantalla.
“El tipo de actividad frente a la pantalla no parece ser tan importante como el tiempo total que se pasa frente a ellas en la cama”, según Gunnhild Johnsen Hjetland, del Instituto Noruego de Salud Pública.
Hjetland añade: “No encontramos diferencias significativas entre las redes sociales y otras actividades frente a la pantalla, lo que sugiere que el uso de la pantalla en sí mismo es el factor clave en la interrupción del sueño, probablemente debido al desplazamiento temporal, ya que el uso de la pantalla retrasa el sueño al ocupar tiempo que, de otro modo, se dedicaría al descanso”.
Dormir es fundamental para la salud mental y física, pero muchas personas no duermen lo suficiente. Al mismo tiempo, cada vez más personas se acostumbran a usar pantallas en la cama, lo que puede estar asociado con un sueño deficiente.
Se cree que el uso de pantallas afecta el sueño de cuatro maneras:
- las notificaciones perturban el sueño,
- el tiempo frente a la pantalla reemplaza el tiempo de dormir,
- las actividades frente a un dispositivo mantienen despiertos a los usuarios,
- y la exposición a la luz retrasa los ritmos circadianos.
“Los problemas de sueño son muy frecuentes entre los estudiantes y tienen implicaciones significativas para la salud mental, el rendimiento académico y el bienestar general, pero los estudios previos se han centrado principalmente en adolescentes”, indica Hjetland.
ACTIVIDADES PREFERIDAS
Los científicos utilizaron la Encuesta de Salud y Bienestar Estudiantil de 2022, un estudio representativo con estudiantes noruegos.
Contaron con 45.202 participantes de educación superior a tiempo completo, de entre 18 y 28 años.
Primero, pidieron a los participantes que indicaran si usaban pantallas tras acostarse y durante cuánto tiempo. Luego, pidieron que identificaran sus actividades preferidas:
ver series o películas, jugar videojuegos, usar redes sociales, navegar por internet, escuchar audios como podcasts o leer material relacionado con el estudio.
También se solicitó que informaran sobre su hora de acostarse y de levantarse, así como el tiempo que tardaban en conciliar el sueño, la frecuencia con la que tenían problemas para dormir, la frecuencia de somnolencia diurna y la duración de los problemas de sueño.
El insomnio se definió como dificultad para dormir y somnolencia diurna al menos tres veces por semana durante al menos tres meses.
Luego, los investigadores clasificaron las respuestas en tres categorías:
- solo usaban redes sociales,
- no mencionaban redes sociales,
- seleccionaban varias actividades, incluidas redes sociales.
NOCHES EN VELA
Los científicos descubrieron que aumentar el tiempo frente a pantallas después de acostarse en una hora aumentaba la probabilidad de síntomas de insomnio en un 59% y reducía el sueño en 24 minutos.
Sin embargo, el uso de redes sociales no fue más perjudicial que otras actividades frente a pantallas.
No se observó una interacción significativa entre el tiempo frente a pantallas y la elección de actividad, lo que sugiere que esta no afectó el tiempo despierto, sino que las pantallas desplazan el descanso, no aumentan la vigilia.
“Si tienes problemas para dormir y sospechas que el tiempo frente a pantallas puede ser un factor, intenta reducir el uso en la cama, idealmente deteniéndolas al menos 30 a 60 minutos antes de dormir”, sugiere Hjetland, quien añade: “Si usas pantallas, considera desactivar las notificaciones para minimizar interrupciones durante la noche”.
Redacción · Servimedia
Fotografía · Getty Images