Belén y Alejandro, de Zaragoza, son polos opuestos, «como el blanco y el negro». Y eso quedó demostrado en su cita de la semana pasada. Ellos mismos nos lo cuentan sin tapujos.
Belén y Alejandro, de Zaragoza, son polos opuestos, «como el blanco y el negro». Y eso quedó demostrado en su cita de la semana pasada. Ellos mismos nos lo cuentan sin tapujos.