¿Alguna vez has intentado mandar un mensaje embotellado? Sí, como lo lees. Seguro que muchos hemos tirado al agua una botella con una carta y un destino no fijado. Y hay historias, que aunque pasen años, llegan hasta la otra punta del planeta.
Un mensaje insólito en una botella con más de 50 años ha sido la última en reavivar la esperanza de los “mensajes ahogados”. Tyler Ivanoff, un ciudadano de Alaska, paseaba buscando leña para hacer fuego cerca de Shishmaref cuando lo que se encontró fue inimaginablemente lo que necesitaba. Bajo sus pies, una botella con más de 50 años y un mensaje en papel escrito en su interior. ¿El idioma?, o mejor dicho, ¿caligrafía? ¡Alfabeto cirílico! Un sistema de escritura inventado en el siglo X. Tyler aseguró que el tapón de la botella estaba fuertemente encasquetado y que le costó bastante abrirla, incluso tuvo que usar sus dientes.
Lo más interesante y lo que estaréis esperando leer es qué decía la carta. Ivanoff no entendía el texto y decidió colgar la carta en Facebook. Descubrió entonces que el autor era un marinero que había estado a bordo de un barco ruso llamado Sulak y que la carta la había escrito durante la guerra fría, ¡el 20 de junio de 1969!
El texto decía: ¡Saludos sinceros! Desde la nave nodriza de la flota rusa del Lejano Oriente VRXF Sulak. Saludo a quien se encuentre la botella y solicito que responda a la dirección Vladivostok 43. Toda la tripulación del barco le deseamos buena salud, largos años de vida y feliz navegación. Hoy es 20 de junio de 1969″, concluía.
La historia se hizo viral y el autor de la carta se enteró de la noticia. El capitán Anatoly Botsanenko, de 86 años estalló a llorar al reconocer su letra y la aparición de la botella tantos años después.
Begoña Bernáldez