Tres décadas antes de que el mundo entero se familiarizara con las palabras «coronavirus», «pandemia» o «confinamiento», un grupo de ocho personas se encerró durante dos años como parte de un experimento para tantear cómo sería la vida de una colonia humana fuera de la Tierra.
Esta insólita aventura, a mitad de camino entre lo visionario y lo pintoresco, la recuerda ahora el documental «Spaceship Earth«, dirigido por Matt Wolf y que se estrena este viernes en internet tras haber pasado por el Festival de Sundance.
La historia de Biosphere 2, un enorme complejo en Arizona (EE.UU.) con la forma de un gran invernadero en el que en 1991 se encerraron ocho personas durante dos años, comenzó en la década de los 60 en San Francisco (EE.UU.).
Inspirados por la cultura hippie y la vida comunal, un conjunto de personas, bajo la guía de John Allen, se dedicó durante años a prácticas performativas y autosostenibles en las que experimentaban con teatro, ciencia y viajes por todo el mundo.
No solo les movía el entusiasmo utópico: el millonario tejano Ed Bass era su amigo y promotor, y con su dinero podían montar negocios en diferentes países y financiar sus aventuras.
Ya en los 80, preocupados por la crisis medioambiental e ilusionados por la exploración espacial, comenzaron a pensar en el proyecto de Biosphere 2, una simulación en la Tierra de cómo viviría un grupo de personas encerrado en una base extraterrestre.
Sin renunciar a un cierto aroma de ciencia-ficción, Biosphere 2 fue diseñada como un Arca de Noé sin maldiciones bíblicas: buscaron decenas de especies animales y vegetales que se introdujeron en esta instalación para que esta cápsula aislada de la Tierra fuera, paradójicamente, lo más parecido posible a lo que habían dejado fuera de sus muros y ventanas.
Biosphere 2 se convirtió en toda una sensación con los medios de comunicación escrutando cada detalle como un antecedente inesperado de «Big Brother».
Al final del documental, y más allá de todas las dudas sobre si Biosphere 2 fue un experimento serio o solo una locura de un grupo de excéntricos, quedan en el aire algunas ideas que parecen muy apropiadas para el confinamiento por el coronavirus.
Redacción (Agencias)