Los 180 alumnos de Infantil y Primaria del colegio Pablo Picasso de Laredo, en Cantabria, se han convertido en pequeños astronautas con la misión de combatir al coronavirus durante el curso escolar, extrapolando los mismos protocolos sanitarios y de seguridad como si vivieran en una estación espacial de la NASA.
Se trata de un proyecto educativo, impulsado desde el claustro de profesores, cuyo objetivo es crear un clima pedagógico ligado a la aventura y diversión para que los niños acudan «sin miedos» a su nueva realidad en las aulas, al mismo tiempo que adquieren las competencias formativas necesarias en su desarrollo.
Bajo esa simulación galáctica, según detalla a Efe el director del colegio, Samuel Vada, se ha justificado ante los menores la necesidad de aplicar medidas frente a la COVID-19, como la imposibilidad de que los familiares puedan acompañarles al interior por tratarse de un área «restringida» de alta seguridad.
Todo ello sumado a la decoración del colegio con elementos temáticos del universo, como dos enormes cohetes en la fachada pintados sobre papel, la colocación de carteles con las instrucciones para una correcta higiene de manos con el membrete de la NASA o la señalética destinada a recordar la distancia de seguridad.
En la víspera del regreso a las aulas y para calentar los motores de la hazaña, cada alumno recibió una carta personalizada reconociendo su valía, ya que «habían sido seleccionados entre multitud de candidatos para ser un futuro astronauta» y que, por ello, se les entregaba «una acreditación al recinto espacial».
Redacción (EFE)