- Mejor con los ojos cerrados. ¿A quién no se le han puesto los pelos de punta al escuchar una canción con los ojos cerrados? Esto se debe al efecto emocional que produce la música en nuestro cuerpo.
- Mejora la comunicación humana. Cuando aprendemos a tocar un instrumento, se establecen conexiones neuronales que mejoran los diferentes aspectos de nuestra comunicación. Es por ello, por lo que los niños con una formación musical tienen mejor vocabulario y capacidad de lectura.
- Por el oído izquierdo. Según un estudio publicado por la revista Science, el oído izquierdo recoge mejor la música. Además, al nacer el oído distingue los sonidos para enviarlos a las diferentes partes del cerebro. Por su parte, el oído derecho recoge el sonido de las palabras.
- A tu ritmo. Esa típica frase de “el ritmo corre por las venas” tiene todo su sentido, ya que el cuerpo se adecua al ritmo de la música. En concreto, es el corazón quien modifica su ritmo cardíaco cada vez que escucha música. Esto hace que los latidos vayan en sincronía con lo que oyes.
- No puede faltar a la hora de hacer deporte. Según la revista Journal of Sport & Exercise Psychology escuchar música de los géneros rock y pop aumenta la resistencia a la hora de hacer deporte hasta un 15%.
- Florece. La música puede ayudar a crecer más rápido las flores si están expuestas a sonidos agradables. Los efectos de la música favorecen a la vegetación que se encuentra cerca.
- Me retumba en la cabeza. ¿Alguna vez has escuchado una canción que después se repite en tu mente? A esta costumbre se le llama el efecto “gusano musical” y pasa cuando un tema no puede dejar de repetirse en tu cabeza.
Redacción (Agencias)