La luz azul que emiten los dispositivos inteligentes durante su uso es la onda más corta del espectro. Por eso posee mayor energía e intensidad de dispersión. Al entrar en contacto de forma regular con esta luz los efectos pueden ser irreversibles para la visión. También provocan pigmentación y hasta insomnio, según la oftalmóloga Arpine Adamián.
“La luz azul de los dispositivos es la llamada radiación HEV. Tiene una serie de desventajas que afectan negativamente el organismo. La luz azul tiene un mal efecto en la retina, causando reacciones fotoquímicas en ella. Puede destruir los fotorreceptores y las células pigmentarias del epitelio de la retina», explicó la oftalmóloga.
En una entrevista con la agencia Prime, Adamián señaló que si se usan dispositivos inteligentes por mucho tiempo, se puede desarrollar el síndrome de ojo seco. O la distrofia de la zona central de la retina, rápida fatiga ocular y la reducción de la agudeza visual. Agregó que la radiación HEV causa un envejecimiento prematuro de la piel y su pigmentación. Además, esta luz artificial también reduce la producción de melatonina, la hormona del sueño. ¿El resultado? Insomnio.