Al igual que hacemos los humanos, los titíes también se ponen a escuchar a escondidas a otros congéneres y comprenden las conversaciones que tienen entre ellos. Además, según un estudio elaborado por antropólogos de la Universidad de Zurich, antes de relacionarse con terceros, observan sus interacciones.
La investigación, llevada a cabo mediante cámaras térmicas, concluye que los titíes no perciben las interacciones vocales entre los miembros de su misma especie como una sola interlocución, sino como una suma integral de elementos: lo que para los humanos sería una conversación.