Hace ya dos décadas que la Comunidad del Anillo, con Frodo y Sam a la cabeza, emprendía su camino a Mordor con el objetivo de destruir el poderoso anillo. Han pasado 20 años desde el enfrentamiento contra Sauron en la Tercera Edad, donde la alianza entre elfos, hombres, enanos y hobbits sería determinante para salvar la Tierra Media.
“El señor de los anillos” está basado en las novelas de J. R. R.Tolkien, el primer tomo “La Comunidad del anillo” se publicó en Inglaterra en 1954, donde rápidamente tuvo una acogida espectacular. Sin embargo, no sería hasta 1997 cuando el director y guionista Peter Jackson, atraído por la novela y la primera cinta homónima dirigida en 1978 por Ralph Bakshi, se sentaría a escribir el guion junto con Fran Walshy Philippa Boyens.
A principios de los 2000, fue cuando Jackson se puso al frente de uno de los proyectos más ambiciosos de su carrera, dirigiendo las tres partes de una de las sagas épicas más espectaculares de todos los tiempos. A partir de “La Comunidad del anillo” se marcó un antes y un después en la historia del cine de fantasía.
Ambientada en la Tierra Media, la cinta cuenta la historia del Señor Oscuro, Sauron que está buscando el Anillo Único, el cual ha acabado en poder del hobbit Frodo Bolson (Elijah Wood).
El destino de la Tierra Media está en juego mientras Frodo y siete compañeros que forman la Comunidad del Anillo –Legolas (Orlando Bloom), Aragorn (Viggo Mortensen), Gimli (John Rhys-Davies), Boromir (Sean Bean), Sam (Sean Astin), Merry (Dominic Monaghan) y Pippin (Billy Boyd)– comienzan un largo y peligroso viaje hacia el Monte del Destino, en la tierra de Mordor, que es el único lugar en el que el anillo puede ser destruido.
Jackson, que era un fanático absoluto de la saga de Tolkien, quería que todo en la película pareciese real, por lo que, en vez de rodar y recrear la Tierra Media en un estudio, decidió irse a filmar a Nueva Zelanda, su país natal. Por ello, un año antes del inicio del rodaje, en un campo se plantaron 5.000 metros cúbicos de plantas en el pueblo Matamata para, posteriormente recrear el mundo de los hobbits que está cargado de vegetación. Actualmente se puede visitar dicho pueblo.
Igualmente el diseño de vestuario y la caracterización de los hobbits y elfos tenían que ser perfectos. Para ello se usaron en torno a 1.600 pares de orejas y 1.800 pies de látex que se preparaban día a día en un horno especial funcionando 24 horas al día, siete días a la semana. Era imposible quitar los pies al final del rodaje sin dañarlos, por lo que cada par sólo podía ser utilizado una vez.
Sin embargo, Jackson no era el único seguidor de la saga de Tolkien, el actor Christopher Lee (Saruman, el Blanco) y el único del reparto que llegó a conocer en persona al escritor, confesó en los créditos finales de la versión extendida de la cinta, que se leía una vez al año todos los libros. Por eso, cuando se enteró de la noticia de que se iba a hacer una película tenía muy claro que quería formar parte de ella.
Lee hizo las audiciones para el papel de Gandalf, pero, en su lugar, Jackson le ofrecería el papel de Saruman. Como el actor quería estar en la película bajo cualquier condición aceptó y, posteriormente, reconoció que la elección de Ian McKellen para el papel de Gandalf fue la correcta.
La cinta, que fue nominada a trece premios Óscar, de los cuales logró hacerse con las estatuillas correspondientes a Mejor fotografía, Mejor banda sonora, Mejores efectos visuales y Mejor maquillaje (la saga tiene 17 premios Óscar en total), marcó un antes y un después en cuanto a los efectos especiales que mezclaban paisajes reales con los hechos por ordenador.
La película fue un éxito de recaudación con 871 millones de dólares/768 millones de euros (según Box Office Mojo) de ganancias a nivel mundial, con lo que se convirtió en la segunda película más taquillera de ese año, solo por detrás de “Harry Potter y la piedra filosofal”.
Tanto marcó al público esta saga que Amazon Studios compró los derechos de las películas para rodar una nueva y ambiciosa serie que se desarrollará miles de años antes de los eventos narrados en esa trilogía y en «El Hobbit«, en la «Segunda Edad de la Tierra Media». Esta cuenta con el español J.A. Bayona como productor ejecutivo y director de los dos primeros capítulos.
Silvia García Herráez (EFE)