Stayin’ Alive formó parte de la primera tanda de canciones que los Bee Gees habían compuesto para el productor Robert Stigwood y su película Saturday Night Fever (Fiebre del Sábado noche).
El hecho de que la canción abriera esta cinta ayudó a que se convirtiera en una de las más conocidas del grupo y en todo un himno de la música disco.
Stayin’ Alive llegó (tal día como hoy) al número 1 de las listas norteamericanas y vendió más de dos millones de copias.
Redacción.