El pelo, o la ausencia de él, cambia la forma que tenemos de percibir a los demás, hasta tal punto en el que un mismo hombre con la cabeza rapada tiene mucho más poder.
Según un estudio de la Universidad de Pensilvania, los hombres completamente calvos son percibidos por los demás como más dominantes, más fuertes y más altos.
Se ha llegado a esta conclusión mediante un experimento con 60 voluntarios, a los que les mostró fotografías de varios hombres, en una de las imágenes el hombre tenía pelo y, a continuación, les mostraba a la misma persona rapada, gracias al photoshop.
Tras analizar las valoraciones de los voluntarios, se demostró que la calvicie hacía que esas personas percibiesen al mismo hombre como más dominante, más fuerte, más atlético e, incluso, un poco más alto
Pero atención, esta percepción de fuerza y poder ante los calvos, no hace que nos atraigan más porque el estudio también ha demostrado que las mujeres se sintieron más atraídas en todos los casos por los hombres que lucían pelo.
Redacción (Agencias)