La mitad de las mujeres fumadoras no dejan este vicio por miedo a engordar. Así lo ha hecho público la Soeicdad Española de neumología y Cirugía Torácica.
En el caso de los hombres esta cifra se reduce al 26%. Pero, ¿por qué al dejar de fumar se engorda? «La recuperación del gusto y el olfato hacen que los alimentos sean más apetitosos y comer más placentero, la ausencia de nicotina ayuda a tener más sensación de apetito y es difícil controlar lo que se come; a menudo se confunde ansiedad con apetito y se picotea más y a cualquier hora», dicen los médicos.
Un modo de vida saludable, y hacer ejercicio mientras se abandona el vicio del humo son algunas medidas que pueden ayudar a que el aumento de peso no sea tan drástico. Pero los expertos recomiendan: «Es mejor primero centrase en dejar de fumar y luego en adelgazar».
Redacción (Agencias)