A pesar de que tiene beneficios para nuestra salud mental, es un hábito cotidiano que puede afectar a nuestro bienestar.
Para muchos hacer la cama es un ritual que forma parte de su rutina y no hacerla puede suponer que su día empiece completamente torcido. No obstante, estudios recientes señalan que esto podría tener efectos negativos sobre la salud. Todo esto radica en la proliferación de ácaros del polvo. Se trata de unos microorganismos que están en las camas, donde es propicio que se desarrollen.
Cuando nos vamos a dormir, nuestro cuerpo libera humedad a través del sudor, creando un entorno ideal para los ácaros. Es por ello que hacer la cama nada más levantarse es un caldo de cultivo para que estos microorganismos. Un estudio de la Universidad de Kingston señala que dejar la cama sin hacer permite que las sábanas se ventilen y se reduzca la proliferación de ácaros.
Esto no se queda aquí, ya que estos microorganismos también son perjudiciales para la salud respiratoria. Son los causantes de las alergias y de que se agrave el asma. Sin embargo, dejar la cama sin hacer no elimina por completo la presencia de ácaros. Por ello, se recomienda complementar esta práctica con una adecuada higiene en el dormitorio, lavar el pijama de forma regular y dejar la cama deshecha al menos 30 minutos permitir que la humedad se evapore.
Beneficios psicológicos de hacer la cama
A pesar de todo lo que hemos estado comentando, este hábito tiene múltiples beneficios para la salud mental. Este sencillo acto puede generar una sensación de orden y control, contribuyendo a reducir el estrés y la ansiedad.
Asimismo, una cama bien hecha también hará que durmamos mejor al tener un ambiente más acogedor y confortable. La percepción de un espacio ordenado puede influir positivamente en la salud mental, promoviendo una sensación de bienestar general.
Redacción (Agencias)