Elvis Presley falleció a los 42 años el 16 de agosto de 1977, a causa de un infarto agudo de miocardio. A pesar de su corta vida, Elvis dejó una huella indeleble en la música y la cultura popular, deslumbrando a sus fanáticos con su estilo provocador, su inconfundible voz y su carisma en el escenario. Sin embargo, su vida estuvo marcada por problemas de salud relacionados con el sobrepeso, el consumo excesivo de medicamentos prescritos y complicaciones derivadas de enfermedades como el glaucoma y la hipertensión.
En cuanto a su fortuna, Presley llevó una vida de grandes lujos y derroche, regalando propiedades y dinero a familiares y amigos. Sin embargo, su mal manejo financiero, sumado a los altos porcentajes que su mánager, el coronel Thomas Parker, ganaba de sus ingresos, dejaron a Elvis con una herencia de apenas 5 millones de dólares al momento de su muerte. Su patrimonio fue destinado a un fideicomiso a favor de su hija Lisa Marie Presley, quien tenía solo 9 años en ese entonces. Fue su exesposa, Priscilla Presley, quien se encargó de la administración del patrimonio y consiguió aumentar significativamente su valor.
Priscilla, a pesar de estar separada de Elvis al momento de su fallecimiento, logró convertir la herencia en un imperio. Fundó Elvis Presley Enterprises y abrió las puertas de la mansión Graceland al público, lo que generó ingresos anuales millonarios. Cuando Lisa Marie alcanzó la mayoría de edad, heredó el control total de la fortuna, pero su tendencia al despilfarro llevó a la venta de la empresa en 2005 por 50 millones de dólares, lo que redujo considerablemente el valor de la herencia. A pesar de ello, el legado de Elvis sigue siendo enormemente lucrativo, con ganancias anuales cercanas a los 100 millones de dólares.
Redacción (Agencias).
