Aún después de un disco anodino como «I’m With You», en Madrid ha quedado demostrado que los Red Hot Chili Peppers constituyen un valor a prueba de riesgos, respaldados por el vigor musical intacto de sus directos y una nómina de éxitos como «Give It Away» o «By The Way», capaces de encender al más mohíno.
Junto al mencionado último álbum de este cuarteto californiano, que agotó hace meses las entradas para su concierto en el Palacio de los Deportes de la ciudad, la otra gran novedad la aportaba su nuevo guitarrista, Josh Klinghoffer, un joven menudo de aspecto apocado que, poco a poco, va cogiéndole el pulso a sus veteranos compañeros.
La complicidad entre los componentes de este grupo, con casi treinta años de complicada carrera a su espalda, ha sido de hecho una de las tónicas de la noche, algo muy importante, toda vez que los mayores peligros para su pervivencia en el pasado, aparte de las drogas, vinieron de disensiones internas y de las continuas desbandadas de sus miembros.
Los RCHP mantienen casi intacta su tendencia a la desnudez. Ya no aparecen, como en sus orígenes, con un calcetín tapando sus genitales como toda vestimenta, pero Kiedis y «Flea» siguen siendo muy dados a mostrar su poderío abdominal, dando a entender que a sus casi 50 años mantienen el brío en todos los sentidos.
También continúan dotándose de un importante aparato técnico y humano, con toda la potencia sonora posible a disposición de su característica fusión de funk, punk y metal, una tarea en la que les ayuda el percusionista Mauro Refosco, amén de un gigantesco puzzle de pantallas que, en este tour, los convierten en motivos pictóricos psicodélicos.
Para mantener el ritmo, los californianos gustan de diseminar el resto de sus grandes canciones, como «Scar Tissue», «Can’t Stop», «Dani California» y, sobre todo, «Under The Bridge«, siempre acogidos con un grito de estupor por el público.
Eso mismo sucede con los temas que tocan justo antes de los bises, «Californication» y «By The Way», que preparan al respetable para saltar, como remate, con «Give It Away», un tema con más de veinte años que aún es capaz de avivar a cualquiera.
«Os veré de nuevo», ha dicho Kiedis antes de retirarse a los 18.000 asistentes que le han ovacionado.
Redacción (Agencias) / Silvia Barradas