Érase una vez un secreto
Que John F. Keneddy era un donjuán es un secreto a voces. En su agenda de citas podríamos haber encontrado nombre de varias secretarias de la Casa Blanca (incluida la asistente personal de su esposa, Jackie), las malas lenguas hablan incluso de Marlyn Monroe, y entre otras muchas conquistas paso inadvertida la becaria Mimi.